¡Creencias y depresión!
Todo aquello que el ser humano pueda considerar
que es humano (sufrimiento-felicidad, alegría-tristeza, amor-odio,
culpa-perdón, miedo-deseo,…) sólo será eso dentro de la creencia de que
verdaderamente exista eso que está creyéndose. ¿Son necesarias las
creencias para el Estar Siendo y/o aconteciendo, cuando Estar Siendo no
consistiera en ser ni en permanecer siendo nada concreto? No, la
existencia no necesita de creencias en la existencia para estar siendo
existencia; la existencia está siendo sin necesidad de que se crea en
ello. Sin embargo, otra cosa bien distinta ocurre cuando -desde la
consciencia identificada con un alguien- a la existencia se la considera
“el ser y/o el estar siendo de algo”. Creer en la existencia de algo
sólo sirve para crear, limitar y condicionar la supuesta existencia
particular del creyente. La manera de eliminar el deseo no puede ser
otra que la de trascender la creencia en el personaje que, creyéndose un
ser real, luego origina la creencia en el deseo, la creencia en la
diferenciación entre unos deseos positivos y otros negativos, la
preferencia entre unos deseos sobre otros… y así hasta convertir el
fluir neutro e inocente de la existencia en lo que hoy los seres humanos
consideramos que es normal, lógico, razonable, útil, necesario, real.
No se trata tanto de cambiar las creencias -cualquier hacer desde la
identidad de alguien refuerza la creencia en la existencia de ese
alguien y de todo cuanto parece configurar su vida- como de darse cuenta
de la fantasía que supone cualquier creencia en un sí mismo y en sus
experiencias personales. Tampoco se trata de dejar de creer para dejar
de crear aquello que se cree que está siendo creído, pues sencillamente
no hay nada que creer ni nadie que esté creyendo nada. ¿Qué es una
creencia? -Me preguntó un amigo. “El efecto de la identificación de la
consciencia…” -respondí sin haberme parado a pensarlo. La creencia
original nace de la creencia en la identificación con una supuesta
creación; por eso mismo, soltar la identificación equivale a soltarse de
las creencias y viceversa. El ser humano nace de la creencia de haber
sido creado, por lo tanto, de la creencia en un creador que no esta
consistiendo en el estar siendo él mismo. ¡He ahí que no hay otro
creador que el Uno Mismo que los antiguos griegos aconsejaban conocer, y
que consiste en la innecesariedad de la existencia de nada determinado!
Ego (ilusión) consiste en todo cuanto física, psíquica, emocional,
anímica y espiritualmente surge de la creencia o identificación con la
posibilidad de ser “un” algo y/o del estar siendo de “un” alguien. La
depresión (enfermedad o crisis profunda de identidad) ¿podría definirse
como un ataque agudo de identificación, un ataque agudo de ego, esto es,
de victimismo, de pobre de mi, de culpabilización, etc., del yo creído e
identificado?
Juande Puerta.
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