Debemos
cambiar, para que nuestros hijos tenga un mundo que amar, el futuro es
de ellos, y nosotros debemos allanar el terreno ahora abrupto por
nuestra codicia, nuestro egoísmo, y sobretodo nuestra indiferencia.
Enseñemos el amor a los demás, el amor a
la naturaleza y nuestros animales, enseñemos la espiritualidad por
encima de cualquier dogma, pues nuestra verdadera religión transciende
de toda tradición, y folklore.
“Amor y verdad”, plantar
un árbol juntos, reciclar, enseñar a ser tolerantes con la diferencia de
opinión, enseñar que sola hay una raza, y es la humana, pues lo humano
no sabe nada de etnias, idiomas, fronteras, sexos, y creencias, pues
todos somos hermanos, todos estamos aprendiendo a ser mejores, y somos
compañeros de este viaje llamado vida.
Ser respetuosos
delante de ellos, buscar a Dios en los que nos rodea, y aceptar nuestras
imperfecciones pues todos somos falibles, y aprendemos de nuestros
errores.
Y en lo más profundo de esa persona, hay un ser
divino, que desea manifestarse, ver ese ser, y no tanto en lo
superficial y menos delante de vuestros hijos, no critiquéis al prójimo
por su manera de vestir, o de su aspecto físico, o si os quejáis de
vuestro cuerpo, o exaltéis la figura de otra persona ahorraros el
comentario, pues creáis conceptos en los niños que con el tiempo se
convierte en prejuicios.
Jaime Ruiz del Árbol
lunes, 30 de noviembre de 2015
LOS DOS USOS DEL TIEMPO
Buenas tardes amig@s, lindo día.
Comenzando hoy con la lectura del Cap.15 de UCDM: “El Instante Santo”, el punto 1” Los dos usos del tiempo”, pregunta:
¿Puedes imaginarte lo que sería no tener inquietudes, preocupaciones ni ansiedades, sino simplemente gozar de perfecta calma y sosiego todo el tiempo? Ése es el propósito del tiempo, aprender eso y nada más.
La razón del aparente desaliento del que tal vez padezcas, es tu creencia de que ello toma tiempo, y de que las enseñanzas del Maestro de Dios, se encuentran en un futuro remoto.
Todo el deterioro que el tiempo parece ocasionar se debe únicamente a tu identificación con el ego, que se vale del tiempo para reforzar su creencia en la destrucción.
Y la lección n° 193 dice: "Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda"
Plantea: Una lección es un milagro que se nos ofrece, en lugar de los pensamientos que concebí que me hacen daño.
Lo que aprendo de Él, se convierte en el modo en que me libero. Y permaneceré libre y en paz en el mundo del tiempo. Elijo entonces aprender las enseñanzas del Maestro de Dios, en lugar de mis pensamientos y usar el tiempo solo para aprender sus lecciones, que únicamente procuran mi paz.
Descanso en la paz que me ha sido ofrecida, que es tu paz también.
Abrazo del corazón.
Comenzando hoy con la lectura del Cap.15 de UCDM: “El Instante Santo”, el punto 1” Los dos usos del tiempo”, pregunta:
¿Puedes imaginarte lo que sería no tener inquietudes, preocupaciones ni ansiedades, sino simplemente gozar de perfecta calma y sosiego todo el tiempo? Ése es el propósito del tiempo, aprender eso y nada más.
La razón del aparente desaliento del que tal vez padezcas, es tu creencia de que ello toma tiempo, y de que las enseñanzas del Maestro de Dios, se encuentran en un futuro remoto.
Todo el deterioro que el tiempo parece ocasionar se debe únicamente a tu identificación con el ego, que se vale del tiempo para reforzar su creencia en la destrucción.
Y la lección n° 193 dice: "Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda"
Plantea: Una lección es un milagro que se nos ofrece, en lugar de los pensamientos que concebí que me hacen daño.
Lo que aprendo de Él, se convierte en el modo en que me libero. Y permaneceré libre y en paz en el mundo del tiempo. Elijo entonces aprender las enseñanzas del Maestro de Dios, en lugar de mis pensamientos y usar el tiempo solo para aprender sus lecciones, que únicamente procuran mi paz.
Descanso en la paz que me ha sido ofrecida, que es tu paz también.
Abrazo del corazón.
viernes, 20 de noviembre de 2015
Todo está siendo ninguno
¡Todo está siendo ninguno! Salvo en la creencia (creación ilusoria)
de que la Realidad consiste en un algo determinado y conformado por
infinitas partes diferenciadas y unidas entre sí (un todo), no es cierto
que cada uno sea cada uno, y tampoco es cierto que todos seamos uno.
Fuera de la especulación que suponen las interpretaciones mentales de la
consciencia identificada, no hay dualidad (dos) porque tampoco hay
unidad (uno). ¡Al margen del ámbito mental no hay nada siendo
“un uno”, ni siendo un “conjunto de unos”, ni siendo “todo uno”! Puesto
que la existencia del uno y de cualquier otra posibilidad concreta o
determinada por la creación y la percepción mental, siempre será de
naturaleza absolutamente especulativa, puede comprenderse que “todo no
es uno ni consiste en la suma de infinitos unos”.
Todo no es uno; nada es en un algo; todo consiste en Estar Siendo sin
ser ningún uno y/o nada específico. ¡Todo está consistiendo en el fluir
ilimitado de nada y/o de ninguno! He ahí el gran misterio que “la
consciencia identificada -mente- con la existencia particularizada de
estar siendo un algo”, no alcanzará a comprender nunca: que todo no
consista en el estar siendo de la suma de infinitos unos, ni que tampoco
todo sea la manifestación de un uno, sino que todo está siendo el estar
siendo de ninguno y/o de ninguna particularidad determinada. ¡Desde la
creencia en el uno no puede comprenderse la existencia del ninguno! Todo
está siendo sin necesidad -las necesidades son propias del ego y/o del
creerse alguien- de que consista en alguna posibilidad de estar siendo
algo que la mente pueda juzgar e interpretar como el estar siendo de “un
algo”.
Salvo en el mundo ilusorio de las creencias y de la
justificación incesante de las creencias -este mundo nuestro- no hay
nadie que tenga que expiar nada, no hay nadie que tenga que aprender
nada, no hay nadie que tenga que cumplir con ninguna misión, o hay nadie
que tenga que arrepentirse de nada, no hay nadie que tenga que
experienciar algo con algún fin; no hay nadie que esté unido a ningún
proceso consciencial y evolutivo. ¡Salvo en el mundo ilusorio de la
consciencia identificada con la percepción egoica y/o determinista de la
realidad, sencillamente todo está consistiendo en el estar siendo de
nada ni de ninguno (todo-nada-uno). ¡Sin necesidad de ser nada... se
está siendo todo! "Mi reino no es de este mundo" -dijo, viendo que no le
comprendían.
sábado, 14 de noviembre de 2015
lección n° 189 de UCDM
¡Buen día amig@s, lindo y luminoso!
Quería recordar hoy la lección n° 189 de UCDM que dice:
"Siento el Amor de Dios dentro de mi ahora"
El amor de Dios es lo que me creó.
El amor de Dios es todo lo que soy.El Amor de Dios dentro de mí es mi liberación.
Y así sigue recordándonos lo que en verdad somos y que hemos olvidado
Entonces recordemos nuestra esencia, para que el conocimiento de la verdad refulja en nuestras mentes, que siguen creyendo que estamos separados.
Esta creencia en la separación lleva actos repudiables como los de Francia ocurridos en el desconocimiento total de la unidad, conduciendo a la culpa, el juicio, la venganza y la muerte.
Despertemos conciencias dormidas a la realidad del Ser.
Iluminemos las mentes del mundo con el amor de nuestros corazones.
Cuan fácil y hermosa sería la convivencia si no nos viéramos separados.
Cierra tus ojos y ve, y no verás más que luz, espíritu Uno y puro Amor de Dios.
Y como nos dice la lección de hoy:
"Con las manos completamente vacías, ve a tu Dios".
Que nuestra intención sea una hoy por la paz.
Buen día en Unidad.
Abrazo de luz.
Quería recordar hoy la lección n° 189 de UCDM que dice:
"Siento el Amor de Dios dentro de mi ahora"
El amor de Dios es lo que me creó.
El amor de Dios es todo lo que soy.El Amor de Dios dentro de mí es mi liberación.
Y así sigue recordándonos lo que en verdad somos y que hemos olvidado
Entonces recordemos nuestra esencia, para que el conocimiento de la verdad refulja en nuestras mentes, que siguen creyendo que estamos separados.
Esta creencia en la separación lleva actos repudiables como los de Francia ocurridos en el desconocimiento total de la unidad, conduciendo a la culpa, el juicio, la venganza y la muerte.
Despertemos conciencias dormidas a la realidad del Ser.
Iluminemos las mentes del mundo con el amor de nuestros corazones.
Cuan fácil y hermosa sería la convivencia si no nos viéramos separados.
Cierra tus ojos y ve, y no verás más que luz, espíritu Uno y puro Amor de Dios.
Y como nos dice la lección de hoy:
"Con las manos completamente vacías, ve a tu Dios".
Que nuestra intención sea una hoy por la paz.
Buen día en Unidad.
Abrazo de luz.
miércoles, 11 de noviembre de 2015
Breves(8)
1- En este mundo de apariencias nadie es tan especial
como para no ser visto por sus semejantes; más, si te ven, reconoce que
sólo están viendo un reflejo de las creencias e imágenes que la
consciencia del perceptor tenga asumidas a cerca de su propia identidad.
Entonces, ¿continuaremos ocupándonos y preocupándonos por nuestras
percepciones y por las percepciones de los otros, cuando únicamente se
corresponden con ilusiones y sólo perduran mientras se les presta
atención?
2- Las creencias no son invisibles; creencias son todo
aquello que pueda percibirse, sentirse, vivirse, desearse, recordarse,
imaginarse. Creencias son todo ser algo, todo ser alguien, todo ser un
qué, todo ser un por qué, todo ser un para qué, todo ser un cómo, todo
ser un cuándo; creencias son todos los principios, todos los intermedios
y todos los finales. Cada individuo está siendo creado por las mismas
creencias que están creando sus percepciones, sus emociones, sus
relaciones, sus ideas y todo cuanto dicho personaje pueda considerar que
existe siendo algo separado del Estar Siendo universal.
3-
Mientras se crea en la existencia de la culpabilidad siendo algo
distinto a un simple juicio egoico -una forma ilusoria, condicionada e
interesada de interpretar el fluir de la existencia-, también se creerá
en la existencia de un culpable y de un inocente, de una víctima y de un
malhechor, en la necesidad de perdonar y de ser perdonados, en la
obligación de arrepentirse de aquello que no pudo evitarse que
ocurriera, en la utilidad del castigo aleccionador… y en todo cuanto,
sin existir más allá de las mentes que originan esas apariencias,
mantiene a las consciencias atrapadas en esa red de identificaciones
mentales.
4- Si la dualidad fuera algo cierto, no podría estar
culpándose a otro sin estar culpándose a uno mismo…, más esas
percepciones erróneas y victimistas no las solucionaría el perdón ni el
arrepentimiento ni el miedo, porque perdonar es otra forma de creer en
el uno separado del otro (dualidad) y de creer en el uno mediante la
justificación de estar creyendo también en el otro. Pero no existiendo
fuera de las creaciones mentales ninguna posibilidad de dualidad
(pluralidad) porque tampoco más allá de dicho ámbito ilusorio es posible
la existencia de ninguna particularidad (singularidad), date cuenta de
que no existe ni la culpa ni el culpable ni nada que un supuesto
alguien pudiera creer que existe.
Juande Puerta.
lunes, 9 de noviembre de 2015
Ataques energéticos
El Ego es la puerta de acceso a los demonios, y cuando digo
ego, digo egocentrismo, digo envidia, digo complejo de inferioridad, digo soberbia, digo culpa,
miedo, etc.
Todos eso, son brechas en nuestro aura, accesos que de un
modo inconsciente permitimos y toleramos, dejandoles entrar con nuestro
consentimiento. Porque hay libre albedrio, y de la misma manera cuando una
persona puede ser poseida por participar en rituales, porque esta permitiendo a
esas entidades entrar, nosotros en parte, tambien lo hacemos cuando el ego nos
invade, creamos brechas, densificamos nuestra aura, y dejamos que esas
entidades absorban nuestra energia.
Esas entidades que viven de nosotros bien pueden ser
creaciones nuestras, adheridas a nuestro aura como larvas, polipos, creadas por
malos sentimientos, malos momentos, que
al ser seres dependientes de nosotros podemos disolverlos, cambiando
nuestra vibracion, nuestros sentimientos, a través de muchos metodos, que
finalmente son formas de elevarse uno su vibración, y lo que para uno le
funciona igual para otro no, rodeate de todo aquello que te vibre.
Nuestro hogar debe ser un refugio energético, donde a uno
deba sentirse bien, relajado, y sobretodo poder cargarse las pilas, por lo que
es importante siempre crear un ambiente agradable para todos los miembros de la
casa, que haya armonia, y no permitir que personas vivas de forma inconsciente
o consciente nos vampirizen, o seres descarnados, por el simple hecho de
molestar, de poner la zancadilla nos deseen malestar.
Una vida sin extremos, buena alimentacion, ejercicio, paseos
al aire libre, en contacto con la naturaleza, respeto a lo demas, respeto a la
naturaleza, vivir en armonia, es el mejor remedio para evitar ser vampirazo.
Tener sueños, tener proyectos que de un modo te llene de jubilo alcanzarlos, o
simple hecho de recorrer un camino de
meta marcado, porque el destino es importante, pero tambien lo es camino, el
viaje hasta alcanzarlo.
Respetate tu mismo, y se tu mismo, amate, valorate, porque
es negativo estar en deuda contigo mismo por queres agradar, o estar pendiente
de la aceptacion de los demas.
Y como muchas veces dije, nos pasarán cosas negativas en la
vida, pero tambien tiene su lado positivo, siempre intentemos ver ese lado,
porque de todo se aprende, y siempre habra influencias que quieran bajar tu
vibracion, de ti depende si se lo permites o no.
viernes, 6 de noviembre de 2015
Heredar el pecado original
¿Qué diferencia real puede haber entre
vivir temiéndole a la divinidad y vivir temiéndole al Estar Siendo del
Uno mismo desprovisto de la identidad particular que otorgan las
creencias? La expresión "Dios une", ¿de dónde puede proceder, sino de la
creencia humana en la existencia de la separación que precisa de ser
restaurada? ¡He ahí que no habiendo ningún Estar Siendo determinado, al
creerse e identificarse con una individualidad, el ser humano vive en
una realidad troceada! Soltar la creencia en la existencia de “un dios”
libera a la humanidad del enorme peso psicológico -el peso de las
creencias- que ha ido acumulando ancestralmente; pero no porque la
creencia en dios y en uno mismo sea buena y/o negativa, sino porque es
una creencia: “la primera creencia”.
La fe no consiste en creer
en algo, pues no hay la menor necesidad real de nada que sea la fe y
mucho menos que consista en la fe de alguien en algo. Las creencias
(creaciones y/o ilusiones mentales) convierten en ilusorio tanto al
creyente como a lo creído por dicho personaje. Si tener fe consiste en
creer y/o en dejar de creer, en lugar de tener fe date cuenta de que no
hay nada que no este consistiendo en el Estar Siendo de todo a la vez… y
sin necesidad de que nada sea algo determinado que tenga que ser
comprendido ni aceptado por alguien ilusorio: ¡Nada-Uno! Si la fe -esa
cosa extraña y dogmática de la que tanto hemos oído hablar-, pudiera
manifestarse de algún modo, diría que seguramente sería abandonando,
soltando, dejando ir… la creencia en cualquier necesidad de creer en la
existencia determinada de algo, pues la realidad trasciende cualquier
necesidad de creencia. ¿En qué consiste realmente la fe de alguien en
algo, a parte de en la creencia de ese alguien en la autenticidad de sí
mismo?
No puede haber otra fe que la consistente en aceptar la
falacia de nuestra existencia particular. ¿No consistirá el “pecado
original bíblico”, que supuestamente supuso la expulsión del hombre del
paraíso y de la compañía de su creador, precisamente en la creencia de
la creencia de un hipotético e ilusorio alguien, acerca de la existencia
de un dios creador, y, por lo tanto, diferenciado y separado de cuanto
no consistiera en el Estar Siendo único, simultáneo, instantáneo,
universal e indeterminado (todo-nada-uno)? Creer o no creer no es tener
fe; para creer o dejar de creer antes tiene que admitirse la existencia
de “un” creyente. ¡Creer en la existencia de un creyente anula cualquir
posibilidad fe no religiosa! ¿No será quizás la primera creencia -la
creencia en dios- aquel primer pecado que se hereda, esto es, el origen
de la creencia en el creyente y/o el ser humano identificado como una
entidad creada y, por lo tanto, distinta y separada del creador?
El ser humano se auto-expulsa de la realidad al creer en su existencia y
en la existencia de Dios como “un” algo distinto al Estar Siendo de
nada concreto. Mientras que en la consciencia persista la creencia en la
presencia de un sujeto, cualquier tipo de creencia equivaldrá a crear
la idea psicológica del pecado, de la culpabilidad, del castigo, del
miedo y de todo cuanto lleva configurando la existencia de la humanidad
desde siempre.
Juande Puerta.
ESTAR SIENDO... (NO-UNO)
ESTAR SIENDO... (NO-UNO)
miércoles, 4 de noviembre de 2015
Creencias y depresion
¡Creencias y depresión!
Todo aquello que el ser humano pueda considerar
que es humano (sufrimiento-felicidad, alegría-tristeza, amor-odio,
culpa-perdón, miedo-deseo,…) sólo será eso dentro de la creencia de que
verdaderamente exista eso que está creyéndose. ¿Son necesarias las
creencias para el Estar Siendo y/o aconteciendo, cuando Estar Siendo no
consistiera en ser ni en permanecer siendo nada concreto? No, la
existencia no necesita de creencias en la existencia para estar siendo
existencia; la existencia está siendo sin necesidad de que se crea en
ello. Sin embargo, otra cosa bien distinta ocurre cuando -desde la
consciencia identificada con un alguien- a la existencia se la considera
“el ser y/o el estar siendo de algo”. Creer en la existencia de algo
sólo sirve para crear, limitar y condicionar la supuesta existencia
particular del creyente. La manera de eliminar el deseo no puede ser
otra que la de trascender la creencia en el personaje que, creyéndose un
ser real, luego origina la creencia en el deseo, la creencia en la
diferenciación entre unos deseos positivos y otros negativos, la
preferencia entre unos deseos sobre otros… y así hasta convertir el
fluir neutro e inocente de la existencia en lo que hoy los seres humanos
consideramos que es normal, lógico, razonable, útil, necesario, real.
No se trata tanto de cambiar las creencias -cualquier hacer desde la
identidad de alguien refuerza la creencia en la existencia de ese
alguien y de todo cuanto parece configurar su vida- como de darse cuenta
de la fantasía que supone cualquier creencia en un sí mismo y en sus
experiencias personales. Tampoco se trata de dejar de creer para dejar
de crear aquello que se cree que está siendo creído, pues sencillamente
no hay nada que creer ni nadie que esté creyendo nada. ¿Qué es una
creencia? -Me preguntó un amigo. “El efecto de la identificación de la
consciencia…” -respondí sin haberme parado a pensarlo. La creencia
original nace de la creencia en la identificación con una supuesta
creación; por eso mismo, soltar la identificación equivale a soltarse de
las creencias y viceversa. El ser humano nace de la creencia de haber
sido creado, por lo tanto, de la creencia en un creador que no esta
consistiendo en el estar siendo él mismo. ¡He ahí que no hay otro
creador que el Uno Mismo que los antiguos griegos aconsejaban conocer, y
que consiste en la innecesariedad de la existencia de nada determinado!
Ego (ilusión) consiste en todo cuanto física, psíquica, emocional,
anímica y espiritualmente surge de la creencia o identificación con la
posibilidad de ser “un” algo y/o del estar siendo de “un” alguien. La
depresión (enfermedad o crisis profunda de identidad) ¿podría definirse
como un ataque agudo de identificación, un ataque agudo de ego, esto es,
de victimismo, de pobre de mi, de culpabilización, etc., del yo creído e
identificado?
Juande Puerta.
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