¿Qué diferencia real puede haber entre
vivir temiéndole a la divinidad y vivir temiéndole al Estar Siendo del
Uno mismo desprovisto de la identidad particular que otorgan las
creencias? La expresión "Dios une", ¿de dónde puede proceder, sino de la
creencia humana en la existencia de la separación que precisa de ser
restaurada? ¡He ahí que no habiendo ningún Estar Siendo determinado, al
creerse e identificarse con una individualidad, el ser humano vive en
una realidad troceada! Soltar la creencia en la existencia de “un dios”
libera a la humanidad del enorme peso psicológico -el peso de las
creencias- que ha ido acumulando ancestralmente; pero no porque la
creencia en dios y en uno mismo sea buena y/o negativa, sino porque es
una creencia: “la primera creencia”.
La fe no consiste en creer
en algo, pues no hay la menor necesidad real de nada que sea la fe y
mucho menos que consista en la fe de alguien en algo. Las creencias
(creaciones y/o ilusiones mentales) convierten en ilusorio tanto al
creyente como a lo creído por dicho personaje. Si tener fe consiste en
creer y/o en dejar de creer, en lugar de tener fe date cuenta de que no
hay nada que no este consistiendo en el Estar Siendo de todo a la vez… y
sin necesidad de que nada sea algo determinado que tenga que ser
comprendido ni aceptado por alguien ilusorio: ¡Nada-Uno! Si la fe -esa
cosa extraña y dogmática de la que tanto hemos oído hablar-, pudiera
manifestarse de algún modo, diría que seguramente sería abandonando,
soltando, dejando ir… la creencia en cualquier necesidad de creer en la
existencia determinada de algo, pues la realidad trasciende cualquier
necesidad de creencia. ¿En qué consiste realmente la fe de alguien en
algo, a parte de en la creencia de ese alguien en la autenticidad de sí
mismo?
No puede haber otra fe que la consistente en aceptar la
falacia de nuestra existencia particular. ¿No consistirá el “pecado
original bíblico”, que supuestamente supuso la expulsión del hombre del
paraíso y de la compañía de su creador, precisamente en la creencia de
la creencia de un hipotético e ilusorio alguien, acerca de la existencia
de un dios creador, y, por lo tanto, diferenciado y separado de cuanto
no consistiera en el Estar Siendo único, simultáneo, instantáneo,
universal e indeterminado (todo-nada-uno)? Creer o no creer no es tener
fe; para creer o dejar de creer antes tiene que admitirse la existencia
de “un” creyente. ¡Creer en la existencia de un creyente anula cualquir
posibilidad fe no religiosa! ¿No será quizás la primera creencia -la
creencia en dios- aquel primer pecado que se hereda, esto es, el origen
de la creencia en el creyente y/o el ser humano identificado como una
entidad creada y, por lo tanto, distinta y separada del creador?
El ser humano se auto-expulsa de la realidad al creer en su existencia y
en la existencia de Dios como “un” algo distinto al Estar Siendo de
nada concreto. Mientras que en la consciencia persista la creencia en la
presencia de un sujeto, cualquier tipo de creencia equivaldrá a crear
la idea psicológica del pecado, de la culpabilidad, del castigo, del
miedo y de todo cuanto lleva configurando la existencia de la humanidad
desde siempre.
Juande Puerta.
ESTAR SIENDO... (NO-UNO)
ESTAR SIENDO... (NO-UNO)
No hay comentarios:
Publicar un comentario